Las molestias que pueda haber en la zona operada, especialmente al desaparecer la anestesia, se controlan generalmente bien con analgésicos suaves (tipo Gelocatil). Intente no tomar los analgésicos con el estómago vacío.
Es muy posible que la herida rezume un poco de sangre, que la parte de la cara cerca de la zona operada se hinche ligeramente, y que note usted un exceso de salivación. Si observa una franca hemorragia, tome una gasa pequeña y comprima con ella la zona intervenida durante media hora.
Si quiere, aunque no suele ser necesario, puede disminuir o evitar la inflamación colocando algunos cubitos de hielo en una bolsita de plástico, y aplicarla sobre la parte de la cara que cubre la zona operada. Mantenga esta compresión durante quince minutos cada hora durante las tres primeras horas después de la intervención.
Elimine el exceso de saliva con un pañuelo, pero no escupiéndola, para no comprometer la retención del cemento periodontal.