La retracción gingival tiene varias causas. Muchas veces es consecuencia de un cepillado agresivo y bastará mejorar la técnica para prevenir que la encía siga retrayéndose. Otras veces, encontramos este tipo de problemas en pacientes que llevan o han llevado ortodoncia.Sin embargo, la causa más común de retracción gingival es la enfermedad periodontal que provoca una destrucción del hueso que a su vez conlleva el movimiento de la encía. En este caso, la ausencia de tratamiento conllevará la pérdida del diente. Con respecto al tratamiento, como suele suceder, éste es dependiente de la causa. Así, si el diente se encuentra bien posicionado dentro de la boca y no se ha producido pérdida de hueso es muy posible que se consiga recuperar toda esa encía perdida. Sin embargo, cuando ya ha habido pérdida de hueso, entonces será muy difícil o imposible recuperar la situación original.
Existen varias causas que provocan lo que se conoce como «sonrisa gingival», y cada una de ellas tiene un enfoque terapéutico distinto. Tanto si el tratamiento implica únicamente recortar la encía como si además es necesaria la colocación de carillas, el resultado es siempre una sonrisa mejorada.
En general, la mayoría de nuestros pacientes acuden dos veces al año a sus visitas de mantenimiento. En estas visitas se realiza una profilaxis completa y además se actualiza la historia clínica del paciente en busca de posibles recidivas o caries. Sin embargo, en función de las características propias de cada paciente como serían el padecer algún tipo de enfermedad de carácter general, ser fumador o presentar una alta susceptibilidad genética, este lapso de tiempo podría reducirse hasta un máximo de 4 visitas al año, es decir cada 3 meses.
Varias investigaciones publicadas a lo largo de la última década han mostrado relación entre la periodontitis y otras patologías localizadas en otras partes del cuerpo. Esta circunstancia se debe a la diseminación de las bacterias que causan la periodontitis desde la encía a otras localizaciones del organismo. Algunas de las patologías sistémicas que tienen mayor relación con la periodontitis son: - Mayor riesgo de accidentes vasculares (infartos). - Peor control metabólico del azucar en diabéticos. - Mayor riesgo de tener niños con bajo peso al nacer o prematuros en mujeres embarazadas con periodontitis.
Se ha demostrado una transmisión bacteriana entre parejas, así como de madres a hijos, pero aunque la presencia de estas bacterias es necesaria para la aparición de la enfermedad, su mera presencia por sí sóla no implica que el paciente desarrolle la enfermedad, ya que la periodontitis es una enfermedad multifactorial, donde influyen factores como, la higiene oral, la genética, el estrés, determinadas enfermedades (inmunológicas, diabetes…) o el consumo de tabaco.
El tratamiento se hace con anestesia y por tanto bajo ningún concepto debe doler, es un tratamiento indoloro.
La periodontitis tiene tratamiento si se detecta en estadíos iniciales o moderados, pudiendo evitarse que los dientes se pierdan al estabilizar la pérdida de hueso alrededor de los mismos. En casos muy avanzados, si el deterioro es excesivo será necesario realizar la extracción de los dientes afectados. Por eso es importante hacer un diagnóstico y tratamiento precoz.
Los casos leves pueden ser tratados por dentistas generales que tengan conocimientos de periodoncia, para tratar los casos más avanzados es recomendable acudir a un dentista especialmente formado en el tratamiento de la periodontitis, es decir, un periodoncista.
Por lo general no se puede recuperar, el objetivo del tratamiento es detener la progresión de la pérdida ósea para de esa forma evitar que se pierdan los dientes aunque en determinadas situaciones, sí somos capaces de regenerar el hueso perdido, mediante la aplicación de biomateriales que favorecen la formación de nuevo hueso.